Cada minuto que pasa
es una nueva oportunidad para cambiarlo todo;
cada instante es una nueva ocasión de mejorar.
Así pues, Vida, esto es lo que te prometo:
seré fiel a mi corazón.
Seré guardián de mis sueños.
Cruzaré los océanos contemplando con mis propios ojos
el mundo maravilloso en el que vivo.
Valoraré cada segundo de mi tiempo
como un tesoro que nunca he merecido.
Respiraré hondo,
no sólo con el aire que llena mis pulmones,
sino con el misterio y la magia
que me rodean.
Seguiré mi propio camino, sin que importe lo que otros
crean o piensen.
Soy el dueño de mi destino,
jamás traicionaré a mi corazón
ni mi felicidad.
Y, Vida,
también te prometo esto:
cuando llegue la hora
de mi último aliento,
de cumplir mi último sueño,
te sonreiré,
Vida pródiga y espléndida,
para agradecerte todos los momentos que me has regalado
sin pedir nada a cambio.
Ésta es la promesa que te hago,
preciosa,
única,
maravillosa
¡Vida!